dilluns, 1 de febrer del 2010

Dona Revoluciona

Dona Revoluciona surge en 1995 y quería ser un espacio de mujeres, donde todo estaba por hacer y todo se hacía entre todas. De entrada queríamos tomar conciencia de la opresión machista y de hasta qué punto nos afectaba, para actuar y transformarla personal y socialmente. Supongo que sin quererlo hicimos nuestro el lema histórico de “la cosa personal es pública”, dos ámbitos que a menudo encontrábamos desvinculados y que nos llevaban a tantas incoherencias.
Aunque la versión “de estar por casa” es que Dona Revoluciona surgió por casualidad, a partir de la pura necesidad, después de una noche donde Isabel y yo finalmente quedamos por primera vez para filosofar feministamente hablando, y yo no me atreví a tirarle los trastos a pesar de la borrachera contenida.
Algunas veces hablando con compañeras veo que de Dona Revoluciona ha quedado un ideal, no porque lo fuese, sino porque creamos un espacio donde nos sentíamos cómodas para hacer sin sufrir los tics y comportamientos patriarcales de nuestros compañeros.
Para mi fue significativo que fuimos capaces de organizarnos para montar un espacio de mujeres al margen de los partidos y de otras organizaciones, las que los tenían. Seguramente porque por primera vez nuestra cosa era la más importante y prioritaria y no quedaba en segundo término o en la cosa políticamente correcta como acaba pasando en otros espacios. Sin embargo he de reconocer que al no tener una base política clara morimos en el intento, pero fuimos capaces durante meses de organizarnos, debatir contenidos y actuar, en muchos casos y de maneras bastante creativas.
He de reconocer que tengo un recuerdo nostálgico de esas tardes de debate feminista, de ver poco a poco como se consolidaba la conciencia de género y la necesidad de derrocar el patriarcado como cosa indispensable para hacer revoluciones. Y también la cosa personal de la complicidad que había entre todas, fue bonito y definitivo para incorporar a nuestras vidas la lucha antipatriarcal. Salud

no hay revoluciones con patriarcado